miércoles, 19 de noviembre de 2014

La filosofía en el Renacimiento: el humanismo

     El Renacimiento (siglos XV-XVI) puede ser considerado como un periodo de transición entre la filosofía medieval y la filosofía moderna.
    Las fuerzas culturales más significativas durante el Renacimiento fueron el humanismo, la reforma protestante y la revolución científica. En el orden político-social se consolidan los Estados nacionales y las monarquías absolutas, aparece el capitalismo comercial y avanza la burguesía urbana. La caída de Constantinopla (1453) supone una mayor apertura del occidente europeo a la cultura griega antigua. Resurgen sistemas filosóficos griegos como el platonismo, especialmente en la Academia de Florencia, con pensadores como Marsilio Ficino y Juan Pico della Mirandola. Este último, en su discurso sobre "La dignidad del hombre" señalaba el carácter no terminado de éste último, con una existencia siempre en vías de hacerse.
    Por otro lado, el aristotelismo quedó representado en pensadores como Pedro Pomponazzi que, en su escrito "De inmortalitate animae" luchaba contra la inmortalidad del alma, y señalaba que, al igual que un tiburón y un león, que no pueden encontrarse porque uno vive en el océano y el otro en el desierto, así tampoco pueden encontrarse los filósofos y los teólogos.

    Frente a la cultura teocéntrica medieval, el Renacimiento puso al hombre como punto de referencia (antropocentrismo). Este humanismo se caracterizó por su insistencia en la educación de las capacidades naturales humanas, por su individualismo y por la primacía concedida a los valores estéticos. Su antropocentrismo fue, además, naturalista, pues acentuaba los aspectos naturales del hombre, olvidando o minusvalorando su dimensión y destino sobrenatural. El naturalismo italiano estuvo representado por Giordano Bruno (en cuyo pensamiento confluyeron ciencia, filosofía, magia y religión) y Nicolás de Cusa (que con su debate sobre la infinitud del universo anticipó la moderna concepción de la naturaleza). 
  
    El naturalismo germánico estuvo representado por Teofrasto Paracelso, otra mezcla renacentista de mago, naturalista, empírico y cosmósofo. En Paracelso, el hombre era un microcosmos, un universo en pequeño, en el que se entrelazaba las distintas dimensiones del macrocosmos.
    Por último, en el terreno de la filosofía política debemos destacar la aparición de las Utopías, descripciones imaginarias de sociedades perfectas, inspiradas en los afanes renovadores de la época, con influjo de la teoría política de Platón y el estímulo de las noticias de la recién descubierta América. Entre las utopías del Renacimiento podemos destacar la "Utopía" de Tomás Moro (que dio nombre al género), la "Ciudad del Sol" de Campanella y la "Nueva Atlántida" de Francis Bacon.

 
    En la línea "realista" política apareció el derecho natural burgués, la gran ideología de la liberación burguesa, en las teorías de los pactos de Estado de Hugo Grocio y Althusio. Además, "El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo fue motivo de polémica en su época por su franco y utilitario realismo: en su teoría política, las consideraciones de orden ético quedan excluidas. Maquiavelo describe un poder político fuerte que se constituye triunfando sobre las codicias de los nobles y las pretensiones políticas del Papado. El fin de la vida política es la obtención y conservación del poder. Las reglas morales son reglas técnicas en relación con los medios para esos fines. Las acciones se juzgan  según sus consecuencias, no en sí mismos, y éstas son calculables.

    A finales de la Edad Media, el misticismo representó una de las varias direcciones de la dispersión intelectual de la época. Pero, como ha señalado Randall Collins (2003:499) también apareció un nuevo tipo de intelectuales: los humanistas, con un capital cultural diferente y una base organizativa distinta. Formaban parte de la nobleza de la corte o de la administración, al servicio de los gobernantes seculares; y, tras la desintegración del papado, podían competir con el predominio anterior de los profesores de las universidades y los teólogos de la Iglesia. Incluso universidades como las italianas habían quedado al margen de la filosofía teológica de los escolásticos, convirtiéndose en el hogar de averroístas (Verni) y aristotélicos (Pomponazzi). Además, las universidades, antes concentradas en Francia e Inglaterra, proliferaron, descentralizándose aún más las bases de la vida intelectual.
    Los humanistas escribían en lenguas vernáculas o en un latín que consideraban superior a los “barbarismos” de la escolástica universitaria. Algunos eran laicos y otros clérigos, o pertenecían a los grados menores, sin estar consagrados como sacerdotes. Otros eran griegos que huían del colapso del Imperio bizantino. Eran sobre todo eruditos de los textos, editores y traductores, interesados más en cuestiones de cultura secular que de filosofía abstracta, absorbidos en revivir los textos clásicos de la Antigüedad.
    Según Collins, “Nicolás de Cusa fue el único filósofo destacadamente creativo en varias generaciones”, logrando unificar la mayor parte de las fuentes de capital cultural de la época (misticismo, humanismo y escolástica). Para Nicolás de Cusa, el universo ya no era tampoco jerárquico, sino descentrado. Desarrollando la noción matemática de infinito, el Cusano llegó a la coincidencia de opuestos: todas las formas geométricas se funden cuando se las agranda a una escala infinita. Aplicada a la cosmología, eso significa que el universo es una esfera cuya periferia no está en ninguna parte, y cuyo centro, por lo tanto, está en todas partes.
    El Renacimiento percibió el periodo medieval anterior como una etapa de estancamiento intelectual, caracterizada por la pérdida de capital cultural (aunque la pérdida de la cultura griega ya se había dado en el periodo romano), el dominio de los clásicos (aunque los renacentistas ofrecerían un estancamiento del mismo tipo, con su adulación de los clásicos antiguos) y el refinamiento teórico (aunque en el Renacimiento, que se inicia en círculos muy externos al mundo universitario que dominó la vida intelectual medieval, hubo una gran ignorancia de la filosofía medieval).

Cuestiones para el cuaderno: ¿Podrías hacer un esquema comentado de las principales características de la filosofía del Renacimiento? ¿Cuáles fueron las características del nuevo tipo de intelectual que aparece en el Renacimiento? ¿Cuáles fueron las críticas que se hicieron en el Renacimiento al periodo medieval anterior?

1 comentario:

  1. Antes de empezar el renacimiento, todo giraba en torno a Dios (humanismo) y en justificar su existencia.
    En el renacimiento el hombre pasa a tener la mayor importancia en su pensamiento siendo el centro de todo el universo (antropocentrismo), no solo este cambio se vio reflejado en la filosofía sino también en el arte.
    Empezamos a ver al hombre desde un modelo mecanicista en el cual la realidad es una maquina compuesta de partes que funcionan y realizan una actividad y todo esto se une mediante las leyes de la naturaleza, con el fin de establecer una relación de causa y efecto por medio de unas categorías analíticas.

    Por otra parte la psicología empieza a independizarse de la filosofía y la religión, implementando así el método inductivo-observacional como medio para conocer la naturaleza.

    Así mismo, también cabe resaltar en esta época un gran interés por la magia y un resurgimiento científico. Es evidente la gran importancia de esta época a diferentes disciplinas (incluyendo la psicología).

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