jueves, 24 de octubre de 2013

La evaluación

Los alumnos más serios levantan la mano y preguntan cómo los evaluaré para la nota final. Al fina y al cabo, no les pongo los exámenes habituales tipo test: ni preguntas de respuesta múltiple, ni hacer corresponder las palabras de una columna con las de otra, ni llenar los espacios en blanco, ni verdadero o falso. Los padres más inquietos están haciendo preguntas.
Digo a los alumnos más serios:
-Evaluaos vosotros mismos.
-¿Qué? ¿Cómo nos vamos a evaluar nosotros mismos?
-Lo hacéis constantemente. Todos lo hacemos. Un proceso constante de autoevaluación. Examen de conciencia, chicos y chicas. Decíos a vosotros mismos, con sinceridad: "¿He aprendido algo de leer recetas como si fueran poesía, de debatir La pequeña Bo Bip com si fuera una estrofa de T. S. Elliot, de analizar El vals de mi papá, de oír a James y Daniel contar los detalles íntimos de sus cenas..? Yo os digo que si no habéis aprendido nada con lo citado..., esto puede ser, amigos, (porque) yo soy un pésimo profesor.
-... Es un pésimo profesor -exclaman todos alegremente, y nos reímos, porque es verdad en parte y porque tienen la libertad de decirlo y porque soy capaz de aceptar la broma.
Los alumnos más serios no se quedan satisfechos. Alegan que en otras clases el profesor les dice qué deben saber. El profesor lo enseña y tú tienes que aprenderlo. Luego, el profesor te pone un examen y tú recibes la nota que te mereces.
 Los alumnos más serios dicen que resulta tranquilizador saber por adelantado qué debes saber, para poder ponerte a aprenderlo. Dicen que en esta clase nunca sabes qué debes saber, así que ¿cómo vas a poder estudiarlo, y cómo vas a poder evaluarte a ti mismo? En esta clase nunca sabes qué va a pasar de un día para otro. La gran pregunta al final del curso es: ¿cómo decide la nota el profesor?
-Os diré cómo decido la nota. En primer lugar, ¿qué tal ha sido tu asistencia? Aunque te hayas quedado al fondo, callado, pensando en los debates y las lecturas, seguramente habrás aprendido algo. En segundo lugar, ¿has participado? ¿Has salido a leer los viernes? Cualquier cosa. Relatos, redacciones, poesía, teatro. En tercer lugar, ¿has comentado los trabajos de tus compañeros? En cuarto lugar, y esto depende de vosotros, ¿puedes reflexionar sobre esta experiencia y preguntarte a ti mismo qué has aprendido? En quinto lugar, ¿te has quedado ahí sentado, soñando? Si ha sido así, súbete la nota.

                                                                                               Franz McCourt, El profesor, 2011.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Huelga General. 24 de octubre.

El jueves 24 de octubre iremos a la Huelga General contra los recortes y contra la imposición de la LOMCE.
Para más información y debate podéis consultar el blog de la Asamblea de nuestro Centro.
También en:
LOMCE analizada.
Un análisis de la LOMCE.
12 razones para decir NO a la LOMCE. Por Jurjo Torres Santomé (Catedrático de Didáctica).

lunes, 21 de octubre de 2013

Comparación del pensamiento de Platón y de Aristóteles

Sobre la comparación de la teoría de Platón con la de su discípulo Aristóteles, voy a intentar resumiros lo que hemos ido viendo en clase.

Aristóteles criticó la teoría platónica de las Ideas en los libros A, M y N de la "Metafísica". De hecho, la crítica a la teoría de las Ideas se había convertido en un tema clásico de discusión dentro de la Academia de Platón, desde que éste escribiera su diálogo "Parménides".
Aristóteles sitúa el dualismo platónico en el interior del único mundo que tiene por real, el mundo sensible, separando dos regiones: la región celeste y la región sublunar. Además, Aristóteles considera que la ciencia de las Ideas sólo sería la Idea de la ciencia, y no la única ciencia que nos importa, es decir, la ciencia de las cosas existentes. Al definir la ciencia como ciencia de las Ideas, Platón imposibilita toda investigación sobre la naturaleza, el cambio. Las Ideas, por otro lado, a la hora de explicar la inteligibilidad de lo sensible, presentan dos problemas: si se encuentran separadas de lo sensible son irreconocibles para nosotros, y si son idénticas a lo sensible comportarían el mismo problema. Otro problema es el que, como señala Aristóteles, las Ideas, siendo inmóviles y eternas, no pueden ser causa de movimiento ni de cambio, que es lo que se trata de explicar, y no la eternidad. Finalmente, añadirá Aristóteles, las Ideas no son más que hipóstasis de cosas sensibles: "los platónicos al crear Ideas, únicamente crean seres sensibles eternos". Con ello Platón trasladará a otro mundo el orden y la unidad necesarias para comprender el mundo y el lugar del hombre en ese orden".

La ética y la política son situadas, en la clasificación aristotélica de las ciencias, dentro de las ciencias prácticas. 
Aristóteles critica, en su libro "Ética a Nicómaco", la idea de Bien platónica como una realidad absoluta, pues para Aristóteles no existe un Bien en sí, separado de los bienes particulares. El bien, como el ser (la realidad), se dice de muchas maneras.
Aristóteles defiende una moral desmitificada, lejos de un absoluto (como el Bien platónico), indiferente a las circunstancias. La felicidad no se limita a la virtud, porque no puede ser alcanzada sin el apoyo de bienes exteriores (como la salud, la integridad o la buena reputación). Aristóteles se niega a excluir los bienes exteriores de la definición del Bien Soberano. Sostiene que el hombre virtuoso es aquel "que saca partido de las circunstancias para actuar siempre con la mayor nobleza posible".

Para Aristóteles, la virtud es un hábito ("una disposición adquirida de la voluntad", no fruto del conocimiento como en el intelectualismo socrático-platónico) consistente en un justo medio  relativo a nosotros (frente al carácter absoluto del bien platónico) determinado por la recta razón y el modelo del hombre prudente (en esto último sí coincide Aristóteles con el ideal socrático).
Decir que la virtud es un hábito, como defiende Aristóteles, es negar que sea fruto exclusivo del conocimiento: no es suficiente conocer el bien para hacerlo. No se trata de saber qué es el bien, sino cómo hacerlo. 
Además, esta moral aristotélica del justo medio, entre un exceso y un defecto, no es una invitación a la mediocridad, sino la búsqueda de un óptimo moral, relativo a la situación concreta y su oportunidad, no de un máximo.
Aristóteles reencuentra, frente a Platón, el mensaje del humanismo trágico griego: la sabiduría de los límites, la renuncia de las ambiciones desmesuradas, pero, igualmente, el intento de agotar el campo de lo posible.


En relación con la política, Aristóteles cree, como Platón, que el ser humano sólo puede acceder a la humanidad verdadera dentro del marco de la ciudad, y que la política es la ciencia de los fines más elevados del hombre. Pero Aristóteles está lejos de la política platónica, que imponía al filósofo el descender de nuevo a la caverna para imponer a los hombres un orden "geométrico" calcado del de las Ideas. En este sentido, Aristóteles distingue entre "la mejor constitución en absoluto" y "la mejor constitución posible dadas las circunstancias", que es la que la política concreta deberá dedicarse a realizar aquí y ahora, teniendo en cuenta la geografía y la historia.
Para Aristóteles no habrá una forma ideal de gobierno de la que las demás serán formas degradadas, como en el caso platónico, sino que aunque defiende que la monarquía es, en teoría, la mejor forma de gobierno, su degradación es también el peor de los malos gobiernos: la tiranía. Por el contrario, la democracia es el menos bueno de los buenos gobiernos, pero también el menos malo de los peores: el hombre de pueblo es, ciertamente, tomado individualmente, muy inferior al hombre competente destinado a mandar en la monarquía, pero el pueblo tomado en su conjunto representa una suma de competencia y prudencia superior a la de un hombre solo, sea quien sea. Finalmente, una gran cantidad de hombres es más difícilmente corruptible que una cantidad pequeña, y con más razón, que uno solo. Aristóteles defiende en el libro VI de su "Política" que la mejor forma de gobierno sería la de una oligarquía (gobierno de un grupo reducido) suficientemente prudente para someterse a control. Aún así, el triunfo político de una oligarquía supone ciertas condiciones geográficas y sociológicas: una ciudad alejada del mar y de sus tentaciones comerciales, suficientemente pequeña para poder ser "abarcada con la vista", con un territorio fértil con una propiedad suficientemente dividida para multiplicar el número de productores independientes, y con una clase media como factor de estabilidad. En definitiva, para Aristóteles, la acción política debía estar inspirada en "la medida, lo posible y lo conveniente".


Cuestiones para el cuaderno:
¿Podrías hacer un esquema de las diferencias entre Platón y Aristóteles en el ámbito ético y político?

miércoles, 16 de octubre de 2013

Actualidad: Platón en la radio.

Este verano la Cadena Ser inauguró una sección dentro del programa A vivir que son dos días que emite los sábados y domingos de 08:00 a 12:00 -alrededor de las 10:30- titulada EL RINCÓN DE PENSAR, en la que dos especialistas en filosofía: Xavi Puig y Kike García rescatan los autores y teorías más destacadas de la historia del pensamiento para analizar, comprender y criticar temas de hoy y figuras de la política actual.
En este podcast se repasa la figura del "filósofo rey" que Platón defiende en La República

sábado, 5 de octubre de 2013

Debate (1): ¿Quién debe gobernar?

En clase hemos debatido hoy algunas de las cuestiones que aparecen en La República de Platón: ¿Quién debe gobernar? ¿Cuál debe ser su educación? ¿Qué conocimientos debe tener?

Decíamos al final  de clase que quizás estas fueran cuestiones-trampa que quizás estaban presuponiendo ya una respuesta; una respuesta que excluía la idea de que los ciudadanos son los verdaderos gobernantes en una democracia. Excluir al pueblo, al "común", del gobierno político por su supuesta ignorancia de la virtud (Platón) o de las tareas técnicas y "expertas" (economía, derecho, ciencias políticas),  corre el riesgo de defender los mismos argumentos que no hace tanto excluían a las mujeres de la participación política (se argumentaba su débil formación, al dificultársele hasta ya entrado el siglo XX el acceso a los estudios superiores). En una sociedad democrática, el poder, la capacidad de decisión, recae en el pueblo, que -es cierto- debe estar bien informado para poder participar con criterio crítico en la toma de decisiones. Para ello podrá recurrir al saber de los científicos y los técnicos, que deberán hacer accesibles  los conocimientos que investigan. Pero las decisiones no las tomarán tecnócratas ni un grupo selecto, sino que se deberán adoptar de forma asamblearia y autogestionaria.
El filósofo A. Cordero (Universidad de Nueva York) afirmaba recientemente en una entrevista, respecto a las relaciones entre ciencia y filosofía (ética), que
"Aplicados o puros, los científicos (nuestros sabios) no son ajenos a la soberbia, la envidia, la codicia, el oportunismo, el apresuramiento o la mentira. La tecnología médica actual abunda en procedimientos y fármacos de dudosa efectividad (por ejemplo, el uso del factor PSA en urología, o la aprobación de nuevas drogas que resultan ser menos eficaces que otras en existencia y mucho más baratas). En otras áreas la situación es peor, por ejemplo en economía y educación, donde aplicaciones basadas en teorías deleznables se institucionalizan impunemente. Una obligación de los periodistas y el público educado es ayudar a descubrir fraudes en los centros de actividad científica y tecnológica".

Como comentamos en el libro VIII de La República, Platón reconocía "que éste sea el más bello de todos los regímenes. Tal como un manto multicolor con todas las flores bordadas, también este régimen con todos los caracteres bordados podría parecer el más bello". Pero Platón critica esta "tolerancia" que se extiende por el régimen democrático, su desdén hacia la formación de gobernantes con una naturaleza excepcional, hacia los estudios que deben encaminar a un hombre hacia la política; pues sólo rinden honores a alguien "con sólo que diga que es amigo del pueblo". También, según Platón, se desdeña el "discurso verdadero", por lo que acaba sucumbiendo precisamente por "su deseo insaciable de aquello que la democracia define como bien (la libertad)": "El descuido por las otras cosas es lo que altera este régimen político y lo predispone para necesitar de la tiranía". "La democracia irá engendrando, acariciando y haciendo crecer a una criatura, el tirano, que se irá haciendo más fuerte hasta que el pueblo, débil, no podrá expulsarla".
 Pero, podríamos preguntar a Platón, ¿por qué la libertad no puede ir acompañada de responsabilidad y de exigencia de rigor en el diálogo y la construcción social del conocimiento y la convivencia política? ¿Quién determina la "naturaleza excepcional" de aquellos que hay que formar como gobernantes? ¿Qué tipo de saberes y qué maestros conformarían al buen gobernante? ¿No sería mejor una tarea colectiva en la que sumar inteligencias, esfuerzos y experiencias? Aún así, quedan muchas cuestiones abiertas...


Este debate aparece -con mucha ironía y humor- en un episodio de la popular serie animada Los Simpson, titulado Salvaron el cerebro de Lisa (décima temporada). El título del episodio es una referencia a la película They Saved Hitler's Brain.
Esta es la sinopsis del episodio (Fuente: wikipedia):
Todo comienza cuando un pudín de bajas calorías, Abuela Plopwell, patrocina un concurso en Springfield que celebra la estupidez. Muchos residentes de Springfield entran en el concurso, pero las cosas no salen bien, y todo termina en una pelea entre los concursantes. Lisa denuncia a Springfield por ser una ciudad tan poco inteligente, y escribe una carta que impresiona a la sede de Mensa de Springfield. Pronto, Lisa comienza a ser parte del selecto grupo.
En Mensa, ya formaban parte el Sujeto de las Historietas, el Dr. Hibbert, el Profesor Frink, el director Skinner y Lindsay Naegle. Luego de ser echados de un quiosco que habían reservado en el parque, temen que la calidad de la ciudad de Springfield había disminuido, ya que los otros residentes, los más idiotas, tenían todo el poder sobre la ciudad. El grupo de Mensa va a enfrentar al alcalde Joe Quimby sobre el incidente de los quioscos, y él escapa de la ciudad en avión, creyendo erróneamente que los intelectuales habían descubierto sus actos de corrupción. La constitución de la ciudad establecía que, si el alcalde se ausentaba, la ciudad sería gobernada por los ciudadanos más inteligentes que hubiese. Con Springfield bajo su control, el grupo espera que las cosas en la ciudad mejorarían.
Una vez en el poder, sin embargo, al grupo se le sube el poder a la cabeza. Al principio, hacen reformas como poner música clásica en las carreras de perros y luego comienzan a discutir sobre otras ideas como tener un teatro de marionetas, un programa de jugos de brócoli y la idea del Sujeto de las Historietas de permitir la reproducción sólo una vez cada siete años.
El pueblo de Springfield, furioso por las nuevas leyes, atacan a los intelectuales y llevan el mandato de Mensa a su final. Lisa queda a punto de ser aplastada, pero es salvada por el Dr. Stephen Hawking. El brillante científico aparece sólo para demostrar que el grupo de Mensa no era capaz de gobernar la ciudad, pues éstos también se comportaban de forma muy pueril.
Finalmente, Stephen Hawking y Homer van al bar de Moe a tomar una cerveza, y charlan hasta que Homer lo imita en un intento de hacerle pagar las bebidas, recibiendo a cambio un golpe.

El título del épisodio es una referencia la película Ellos salvaron el cerebro de Hitler. En el capítulo aparece la asociación de superdotados Mensa y en local de la asociación los cuadros son de miembros de Mensa. También aparece en el capítulo el científico Stephen Hawking y su silla de ruedas se comporta al estilo del cuerpo del inspector Gadget. La ley que trata de instaurar el dependiente de la tienda de comics sobre la reproducción humana es una referencia al apareamiento en la especie ficticia Vulcano de Star Trek.
Para más información, podéis leer el libro Los Simpson y la Filosofía (Blackie Books), que podéis encontrar en la biblioteca del Instituto,

Sobre este libro apareció un artículo en el diario El País, con un "sugerente" título que refleja bien la filosofía de los Simpson: 
 Pienso, luego... ¡mosquis!

Platón y la escuela como medio de "naturalizar" la distinción entre clases sociales

CUESTIONES PARA EL DEBATE en torno a La República de Platón:

Hemos estado leyendo parte del libro VII de la República. En él hemos planteado algunas cuestiones para el debate: ¿Qué modelo plantea Platón de educación? ¿Por qué se libera a sólo un prisionero?¿Por qué describe ese proceso de "liberación" con expresiones como "forzar" (al prisionero), "arrastrarlo por una empinada cuesta"...? Esto nos lleva a la siguiente pregunta:

¿Qué papel juega la educación en la obtención de un Estado o sociedad justa?
Como vimos en clase, Platón intentaba "naturalizar" la distinción entre grupos sociales, justificar el supuesto carácter "natural" de las diferencias sociales (la pertenencia a un grupo u otro, gobernante o campesino, venía dado por las distintas capacidades o "naturalezas"). Frente a esta idea, y aplicada a la escuela, copio del blog de mi amigo Raúl Ruano una cita del sociólogo francés Pierre Bourdieu que creo que todos los docentes, y alumnos, deberíamos leer con atención:
"La institución escolar transforma las desigualdades sociales previas en desigualdades naturales. Si yo fuera ministro, la primera recomendación que haría a los profesores sería: no hacer jamás juicios de valor sobre sus alumnos; ustedes no tienen derecho de emplear la palabra 'idiota', ustedes no tienen derecho de emplear la palabra 'estúpido', ustedes no tienen derecho de escribir en el margen 'este razonamiento es imbécil', ustedes no tienen el derecho de decir 'nulo'... Dicho de otro modo, ustedes deben excluir todos los juicios de valor que afectan a la persona. Ustedes podrían decir 'esta tarea no está bien', esta solución es falsa, pero no pueden decir: 'eres nulo para matemáticas', 'tú no estás dotado para las matemáticas'. Los profesores de matemáticas deberían saber y comprender que tienen un poder diabólico de nominación, de constitución que se ejerce sobre la identidad misma de los adolescentes, sobre su imagen de sí y que pueden infligir traumatismos terribles, aún más porque sus veredictos son muy frecuentemente subrayados y reforzados por los padres desesperados y angustiados" (extracto de una entrevista realizada a Bourdieu en Tokio en octubre de 1989 y regogida en el libro "Capital cultural, escuela y espacio social", publicado en castellano por Siglo XXI).
Cuestiones para el cuaderno: ¿Cómo entiendes tú este texto sobre la conexión entre desigualdades naturales y sociales en la escuela?

En "Entre los muros", una reciente película francesa, queda reflejado con sinceridad y sin idealizaciones el conflicto en las aulas, aunque tenga un final algo desconcertante. Por cierto, al final del siguiente tráiler de la película, una estudiante "confiesa" orgullosa al profesor haber leído "La República" de Platón, un libro, una temática, hacia la que señala que "casi nadie creería que pudiera interesarle".  Cuestión: ¿Por qué?
 

Actualidad de la postura ético-política de Platón


A lo largo de las actividades que os he propuesto en este blog ya habéis reflexionado y argumentado sobre algunas importanes cuestiones éticas y políticas que aparecen en La República de Platón. Podéis repasarlas para desarrollar la cuestión referente a la actualidad de la propuesta platónica. Además, podéis desarrollar más algunas cuestiones que han aparecido en los debates que hemos realizado en clase. Algunas más generales, como:
-¿Cuál es la actualidad y qué pensáis respecto al modelo platónico de Estado Justo?
- ¿Qué tipo de régimen político consideramos como el modelo de Estado más justo hoy en día? ¿Por qué? Argumentos y posibles contra-argumentos. (Esto fue especialmente debatido en 2º E).

- ¿Debe jugar la educación de los ciudadanos un papel importante en la consecución de un Estado Justo?
¿Es compatible la Justicia social con la existencia de clases sociales? (Este fue un tema muy controvertido en 2º B. En 2º E nos llevó a hablar de la posibilidad de modelos políticos como el anarquista, que defienden la desaparición de las clases sociales). Algunos compañeros identificaban las diferencias sociales, o cierto individualismo insolidario, con el carácter "natural" (inevitable) de la existencia de clases sociales. Yo os comentaba que la clase social tiene un origen histórico, no natural: supone una estratificación jerárquica de la sociedad que sustenta el desigual acceso a los recursos naturales o culturales. Alicia me comentaba que quizás yo exageraba el determinismo social que en ocasiones conlleva pertenecer a una clase u otra (tener unas expectativas escolares o profesionales u otras, un gusto estético e incluso gastronómico determinado...). Pero no pretendía justificar ningún determinismo, simplemente que es necesario conocer los condicionantes sociales que nos rodean para intentar transformarlos o superarlos (pero no ignorarlos, pensando que sólo es cuestión de voluntad conseguir lo que supuestamente uno desea; porque lo primero debería ser preguntarnos qué es lo que me ha llevado a desear algo -una "vocación", una carrera determinada, y no otra-).
Otras cuestiones que planteamos fueron:
- ¿Se puede enseñar la virtud? ¿Basta conocer la virtud, o el bien, para actuar de manera virtuosa?
- ¿Existen valores éticos de carácter objetivo y universal (como defendía Platón) o todos los valores son el resultado de las convenciones sociales (como defendían algunos sofistas)? (En 2º E se debatió sobre la "universalidad" de valores éticos como los que contiene la Declaración universal de los derechos humanos).

En 2º D hicimos una tabla en la que colocamos aspectos positivos y negativos de las ideas ético-políticas de Platón:
Positivos: la preocupación misma por la búsqueda de la justicia en el Estado, la igualdad de las mujeres, la importancia de la educación para conseguir un Estado justo...
Negativos: un excesivo reglamentismo del Estado sobre los ciudadanos, como se refleja en los matrimonios eugénicos, la prohibición de la familia en las clase gobernante y la de los guerreros, la expulsión de los poetas...